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$32,756,156 Veredicto de Récord en Caso de Accidente de Auto en Long Island

Nuestro cliente, un veterano del ejército de 60 años, estaba conduciendo a casa con su esposa cuando fueron testigos de un accidente de auto. Llamaron a la policía, y mientras esperaban, nuestro cliente se acercó a los dos coches para asegurarse de que los conductores involucrados estuvieran bien. Mientras esperaba con los conductores heridos, el Acusado, que estaba drogado con analgésicos, marihuana y cocaína, pasó por delante de la barricada de la policía y golpeó a nuestro cliente, tirándole 20-30 pies en el aire. Sufrió daños cerebrales masivos, fracturas de cráneo, colapso pulmonar y cayó en coma. Aunque fue capaz de recuperar la conciencia, sus habilidades cognitivas, verbales y físicas fueron severamente obstaculizadas, y la vida no ha sido la misma para él desde entonces. El resultado fue un veredicto de récord de $32.7 millones, el veredicto más grande de negligencia no médica reportado en la historia de Long Island.

Corte y Condado
Corte Suprema, Condado de Suffolk

Descripción del Demandante
Veterano de Vietnam de 60 años y conductor de trenes del ferrocarril de Long Island; casado con dos hijos

Descripción de Caso
El día del accidente, nuestro cliente y su esposa habían ido a visitar a un amigo de la familia. En su camino de regreso, la esposa de nuestro cliente planeaba dejarlo en la Legión Americana, una organización de Veteranos, donde estaba orgulloso de servir como comandante actual.

Mientras esperaban en un semáforo en rojo, los dos observaron una colisión de dos coches no relacionada. Llamaron al 911 y mientras esperaban a que llegar la policía, nuestro cliente fue a los coches para asegurarse de que los conductores involucrados estuvieran bien. La policía llegó, y la esposa de nuestro cliente llenó un informe de la policía y se fue; nuestro cliente permaneció en la escena con la intención de ir a la casa más tarde, con el fin de ayudar en cualquier manera que podía y decirle a la policía lo que había presenciado.

Nuestro cliente todavía estaba en la escena cuando el Acusado, que estaba drogado con analgésicos, marihuana y cocaína, se pasó un semáforo en rojo, viró bruscamente en el tráfico que se aproximaba, y condujo imprudentemente a través del bloqueo que la policía y los bomberos habían establecido, golpeando a nuestro cliente tan duro que al parecer fue arrojado 30 pies en el aire. Se estalló contra el suelo y repetidamente golpeó la cabeza sobre el hormigón mientras derrapaba hasta descansar.

En su aturdimiento, el Acusado intentó huir de la escena. La policía y los bomberos la persiguieron furiosamente y pudieron detener su coche saltando por la ventana del conductor y poner la palanca de cambios en la posición de estacionar. Los dos hijos pequeños del Acusado, de nueve y dos años, estaban atados en el asiento trasero durante todo esto.

El Acusado tuvo la osadía de salir del coche y culpar a nuestro cliente por el accidente mientras estaba allí inconsciente y sin respuesta, cayendo sangre de su cabeza mientras luchaba por su vida. La Acusado admitió en la escena que había tomado Xanax y Vicodin antes de conducir y fue arrestada por conducir bajo la influencia de drogas, asalto imprudente, y peligro imprudente.

Lesiones/Daños
Nuestro cliente fue llevado de urgencia al Hospital John T. Mather, pero no tenían la capacidad de tratar sus lesiones masivas. Estabilizaron su condición lo mejor que pudieron y lo transportaron al Hospital Universitario de Stony Brook.

Nuestro cliente cayó en coma. Fue diagnosticado con daño cerebral severo y sufrió fracturas de cráneo, así como varias fracturas faciales. Se sometió a una craneotomía de emergencia para aliviar la presión causado por la sangre que se acumulaba en su cerebro.

Además del daño cerebral masivo que sufrió, nuestro cliente también sufrió el colapso de los pulmones y una fractura de la cadera izquierda que requirió una cirugía de fijación interna abierta. También se cometió a la colocación quirúrgica de un tubo de traqueotomía, colocación quirúrgica de un filtro IVC de Greenfield y colocación quirúrgica de tubo gastronómico. Estaba usando un tubo de alimentación todo el tiempo que estuvo allí.

Al salir de su coma, nuestro cliente comenzó a someterse a un rigoroso y agotador programa de rehabilitación. Tuvo que volver a aprender a hablar. Se le dieron ejercicios cognitivos que incluían preguntas como “Qué es 2 más 2” y tuvo que ser reenseñado los nombres de los miembros de su familia. Trabajó exhaustivamente para poder moverse en silla de ruedas y ahora es capaz de alimentarse con la ayuda de otra persona.

Antes de su accidente, nuestro cliente era un hombre dedicado a su familia que mantenía un amplio círculo social. Uno de sus pasatiempos favoritos era recitar poesía en fiestas para familiares y amigos. Como resultado de las lesiones masivas que sufrió en este trágico e insensato accidente, ahora se limita a una conversación muy mínima, en su mayoría respuestas de una sola palabra. Mover su cabeza hacia un lado es aplaudido, levantar su pierna cuando se le pide es una meta a que trabajar hacía, contando a diez se considera un logro enorme.

El contraste en la vida de nuestro cliente antes y después de su accidente es desgarrador. Nunca podrá volver a caminar por su cuenta. Su discurso es confuso y difícil de entender. Nunca podrá regresar a casa, y dependerá completamente de la ayuda de otros por el resto de su vida. Ninguna cantidad de dinero podría rectificar el intenso dolor físico y emocional que nuestro cliente y su familia han sufrido como resultado de este accidente.

El $32,756,156 de récord que fue otorgado a nuestro cliente en el veredicto de este juicio fue mucho más que el seguro disponible. Este caso tuvo un impacto intenso en todos aquellos que trabajaron aquí en Block O’Toole & Murphy y nunca ha sido olvidado como un testimonio de la importancia del trabajo que realizamos para todos los clientes a los que se nos pide que sirvamos.

Importe del Veredicto
Nuestro cliente fue otorgado un $32,756,156 de récor para las lesiones trágicas t catastróficas que sufrió. Este caso fue ampliamente reportado por los medios de comunicación, incluyendo el New York Daily News, y es el mayor veredicto de negligencia no médica reportado en la historia de Long Island.

Abogados de Manejo
Este asunto fue manejado por los abogados Stephen J. Murphy y Daniel P. O’Toole.

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